Blanco

La noche se viste de blanco y no porque sea virgen. Blanco pálido y lunar que se cuela entre la niebla . Tejido superficial que las sombras atraviesa .
El blanco se viste de noche y no porque sea oscuro. Telaraña ancestral de frías uñas rasgan paredes desnudas. Gritos sofocados y mudos entre las frías piedras que descansan.
Opacos pasos y murmullos que se apagan a medida que se enfría la noche .

Laberinto .

Nos separa solamente ese sutil hilo dejado por Teseo. Olvidado por quien encuentra una salida desesperada sin mirar atrás. Encontrado por otros que se perdieron a si mismos dentro este laberinto sin paredes.
Hay quien olvida en sus momentos felices. Hay quien cancela la tristeza pintándola con sonrisas ajenas. Hay quien se queda esperando frente a un mar de posibilidades, sin ver que las naves necesitan tocar el puerto para vaciar y llenar sus espacios.
Lentamente nos consumimos junto a esta vela encendida. Tus manos frías caen sobre la arena húmeda de tus piernas buscando calor.
Yo solo observo.

Isla

Ya van cayendo las sombras en las calles conquistadas.
Se van perdiendo en el eco de una y mil batallas. La Isla queda en penumbras y ni el sol logra alumbrarla.
Caimán de verde y azul. Tabaco de vega abierta .
Entre conquista y conquista la parten en pedazos a ella.
Primero: golpe de arcabuz, después: traidores y estrellas.
Ay mi Isla de millones, ay mi Isla sin fronteras.
En el sur, el mar Caribe. Caliente sus costas besa.
Atardeceres sin nombre y sin lagrimas , no tiembla.
Suelo de tantos colores, entre cruces y selvas negras.
Aquel que nació la ama, aquel que se fue la extraña .
Se va apagando mi Isla , sin otoño y primavera.
Se va entre olas sedientas de sabor y de rumberas.
Mi Isla que escucha en silencio, Isla fuerte y con bandera.

Sendero

Veo como lentamente te deslizas. Tu cuerpo es empujado por la fuerza de gravedad entre espirales fríos.
Lentamente dejas tu huella y mi mirada, prueba a imaginar cual será tu final. Prisionera del elemento en que te encuentras. Sin prisa cambias forma, te detienes un momento. Mi imaginación cree ver tus ojos que buscan los míos.
El reflejo de la luz en tus curvas me llevan hacia lugares desconocidos. Me dejo llevar y casi me parece que has dibujado una sonrisa en el cristal que nos separa.
Nuestro encuentro es único y tu eres única ...
Pequeña gota de lluvia.

Semana.

Lunes con olor a martes, quedando atravesado como un miércoles. Sin luna llena del jueves siento nostalgia de una tarde de viernes. Esperando que se haga sábado para humedecer cuerpos con música y caer rendido el domingo.

Otros duermen.

La noche nos rompe en dos. Nos saca por la ventana, nos arrastra por las calles y en pedazos se te escapa.
La noche se cae sola, nos grita , sonríe , habla.
La noche se vuelve joven, tacones, luces, un salto.
La miran desde las puertas, entre calles y un palacio.
Caminar seguro y goce, caminar de sombras, hablo...
La noche se vuelve fuego entre aquelarres y encanto.
Empuja su puerta con calma y te encierra entre sus danzas. Abre las piernas la noche, se vuelve fuego, te envuelve, entre sus besos de llamas.
La noche te observa oscura desde la cúpula alta. La noche abandona algunos, a nosotros , nos reclama.
Te va dejando sin fuerzas, castigado allá en su cama. Lecho de madera ardiente y caricias añoradas .
La noche se burla de otros, los inciertos y sin alma.
Mi noche se evoluciona, mi noche es tu madrugada.

Opresión .

Una gota de sudor se desliza desde el codo, lentamente , dejando una huella húmeda que llega hasta la empuñadura metálica . Casi se puede escuchar cuando acaricia el frío metal hambriento de cuerpos vivos . La mirada recorre el horizonte lleno de siluetas , algunas que casi no respiran, otras que rezan sus paganas plegarias de lanzar sus almas con honor hacia el desconocido umbral.
La aurora , cual señal silenciosa , hace que los músculos despierten del letargo nocturno . Aglomeración de seres, que se mueven como uno, toman su puesto y avanzan hacia un día más o hacia un reencuentro con sus ancestros.
Las flechas alzan su trayectoria aérea y nublan el cielo, cual espectáculo de enjambre con sus aguijones mortales, listos para su cometido. Quejidos, imprecaciones, palabras sin sentidos quedan al final del vuelo mortal .
Momento de lanzas y espadas, fragor infinito, choque de mareas. La primera embestida alza el polvo que busca cobijo entre heridas y bocas abiertas. Veteranos y jóvenes en la misma línea, separados por estocadas, tajos, mandobles que forman una sinfonía que se puede escuchar a millas de distancia.
La gota besa el principio de la empuñadura y pasa al filo... Espada levantada sobre todos, cual castigo divino cercena miembros y destruye familias, llenando Caronte de pasajeros incrédulos ante la fatal suerte.
Un grito se siente brotar de el mismo centro : LIBERTAD!
Como un mana para los guerreros, estos apelan a sus últimas fuerzas... Resplandor de relámpago es lo último que ven aquellos que extraen sus armas de la carne de los caídos. El tiempo se detiene abriendo paso a una fina lluvia que purifica y lava todo aquello que encuentra a su paso. La partitura termina sin ser escrita y todos miran hacia la colina que sin poder moverse ha quedado de testigo. Sobre ella la diosa Iris dibuja su arco y alguien sonríe con la vista perdida entre cuerpos sin vida.